En todo el mundo, gran cantidad de materiales son cortados utilizando gases oxi-combustibles, plasma o corte láser, dependiendo del tipo de producto
Procesos de llama:
Los procesos de llama tienen una larga historia, pero el principio sigue siendo el mismo: los hidrocarburos se oxidan y, en consecuencia, generan calor. Los procesos de llama no requieren equipamientos costosos y su fuente de energía puede ser transportada fácilmente al lugar de uso. La mayoría de estos procesos no demandan electricidad ni agua para enfriar. Una antorcha y un cilindro de gas combustible bastan para soldar, calentar o fundir metales. En el caso de la industria manufacturera, donde la demanda de energía en la llama es un poco mayor, basta con agregar oxígeno para alcanzar mayor temperatura e intensidad. En aplicaciones industriales, el corte oxicombustible es el proceso de llama predominante para cortar aceros de baja aleación. En tanto, la soldadura de gas es el método empleado para unir tuberías y placas en construcciones de acero de poco grosor, fundir hierro y aplicar revestimientos duros.
Corte con plasma:
El método de corte con plasma, fue utilizado inicialmente para seccionar materiales que no podían cortarse con oxicorte, tales como: acero inoxidable, aluminio y cobre. La principal ventaja del corte con plasma es la gran velocidad de corte que puede conseguirse en chapas de metal delgadas. Esto, junto con el hecho de que los equipos para corte con plasma sean ahora más económicos, ha posibilitado el cortar con plasma aceros al carbono y de baja aleación. Con ello, el corte con plasma se ha convertido en una importante alternativa frente al oxicorte.
Corte Láser:
Corte térmico sin contacto para garantizar la máxima precisión en los acabados o Mínima afectación térmica (Sangrías de 0,1 a 0,6mm.) gracias al haz LASER de alta focalización o Altísima calidad de corte en diferentes materiales.
En acero al carbono en espesores hasta 25 mm o Corte con bisel en espesores de hasta 15 mm o Comparado con plasma u oxicorte, el láser es un proceso que remata las piezas con tanta calidad que no necesita de operaciones posteriores para adecuar o mejorar los acabados.